Una manta de bebé

Hoy quiero enseñaros esta manta de ganchillo que tejí para la pequeña Sofía, que nació en septiembre.

Saqué la idea del blog Dada4you (aunque al escribir el post veo que han eliminado el tutorial donde explicaba cómo hacer los grannies). Es una manta pequeña, como para una minicuna o para un arrullo. Para hacerla utilicé las lanas Drops Big Merino de Garn Studio, una lana 100% merino perfecta para bebés, porque es hipoalergénica y muy suave.

Por su suavidad, es muy agradable tejerla pero a la vez un poco complicado, porque se abre y los nudos para rematar se deslizan, por lo que los remates tienen que hacerse muy a conciencia.

El tutorial explicaba también cómo hacer los ojos con cuentas, pero yo preferí bordarlos, tanto los ojos como el hocico de cada oso, para asegurarme de que, en caso de accidente, la pequeñina no se llevara una cuenta a la boca.

Espero que a sus papás les gustara la manta, y que Sofía la disfrute durante mucho tiempo :)

Feliz Navidad

Hola a todos! Hoy sólo quiero escribir un post muy cortito para desear a quienes pasáis por aquí una Feliz Navidad, que lo paséis estupendamente y que sobreviváis a las fiestas, la comida, el alcohol, las compras navideñas.

Yo nunca he sido muy navideña, y este año menos que nunca, pero aun así me dejo inundar un poco (pero poco) de espíritu navideño, y por eso este año he hecho este mini Belén:

Digo mini porque sólo tengo estas tres figuras, no por el tamaño, que ha quedado más grande de lo que yo pensaba (San José mide más de 10 centímetros). Como se me ocurrió un poco tarde lo de hacer un Belén, sólo me ha dado tiempo a hacer las figuras principales, aunque puede que de aquí a que acaben las navidades haya alguna incorporación de última hora.

Quiero dar las gracias a Irene por la info, los whatsapps resuelvedudas... :)

Lo dicho, feliz Navidad y feliz 2015 :)

Homenaje

Éste tenía que haber sido un post alegre, de retorno a la blogosfera tras casi un año desaparecida. Iba a enseñaros algunas de las cosas que he hecho durante este tiempo, y lo que estoy haciendo para Navidad, un nacimiento de amigurumi.

Sin embargo, he preferido dedicar la vuelta a una de las personas que, sin saberlo ella ni yo, quizás más me haya influido como tejedora, y lo poco que hay en mí de costurera. A ella, a mi abuela, como a mi madre y a mis tías, la he visto toda la vida cosiendo, haciendo ganchillo, punto...

Mi familia materna es una familia de mujeres; estas mujeres extraordinarias llevan desde hace años el peso de la familia, nos reúnen, cocinan para todos como si fuéramos un batallón (que lo somos) y han tejido y cosido para todos desde mucho antes de que yo tuviera uso de razón.

Las hijas y nietas de estas mujeres extraordinarias tenemos un ajuar hecho a mano por ellas digno de una princesa del siglo XIX. Tengo sábanas, mantelerías, una colcha de ganchillo, delantales, toallas... Algún día enseñaré estas maravillas en el blog.

Desde que éramos pequeñas, mi abuela se empeñó en que aprendiéramos a hacer alguna de las labores que ella dominaba durante los veranos que pasábamos en el pueblo, y empezó por lo más fácil, el punto de cruz. Mi labor, por llamarla de alguna manera, siempre era la peor, la más sucia... cómo odiaba aquel rato de labores. Quién me iba a decir que años después volvería a las agujas, los ganchillos... Por eso creo que en parte le debo a ella el haber aprendido, por haberla visto toda la vida. De hecho, una de sus últimas labores fue mi bufanda roja, mi querida bufanda roja hecha por ella.

Abuela, hoy hace una semana que te fuiste, pero siempre estarás en mi corazón.